(molde de 18 cm)
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250 g de queso crema (tipo Philadelphia)
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50 g de mantequilla
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100 ml de leche entera
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6 huevos (separadas las claras de las yemas)
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60 g de harina de trigo (tamizada)
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20 g de maicena
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120 g de azúcar
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1 cucharadita de zumo de limón (opcional, para estabilizar las claras)
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Una pizca de sal
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Azúcar glas para espolvorear (opcional)
PREPARACIÓN DE LA RECETA DE BIZCOCHO NUBE JAPONÉS
Primero, precalienta el horno a 150 °C con calor arriba y abajo (sin ventilador). Luego, forra la base del molde con papel vegetal y cubre los laterales. Si tu molde no es desmontable, mejor. Si lo es, envuélvelo por fuera con papel de aluminio para evitar que entre agua durante el horneado al baño maría.
En un cazo a fuego muy bajo, derrite el queso crema junto con la mantequilla y la leche. Remueve constantemente hasta que quede una mezcla suave y homogénea. Después, retira del fuego y deja templar un poco.
Una vez la mezcla esté templada, agrega las yemas de huevo una a una, mezclando bien. Luego, incorpora la harina tamizada y la maicena, mezclando suavemente hasta que no queden grumos.
Aparte, en un bol grande y limpio, bate las claras con la pizca de sal y el zumo de limón. Cuando empiecen a espumar, añade el azúcar poco a poco. Sigue batiendo hasta obtener un merengue de picos suaves (no demasiado firme).
Ahora viene lo delicado: mezcla las claras con la crema de queso en tres tandas. Usa movimientos envolventes con una espátula, con calma y sin batir. Esto es lo que le dará esa textura de nube.
Vierte la mezcla en el molde y dale unos golpecitos suaves contra la mesa para sacar burbujas de aire. Luego, coloca el molde dentro de una bandeja con agua caliente (baño maría) y hornea durante 25 minutos a 150 °C. Después, baja la temperatura a 110 °C y hornea 55 minutos más.
Cuando termine el tiempo, deja el bizcocho dentro del horno con la puerta entreabierta durante 15-20 minutos para evitar un cambio brusco de temperatura. Luego, sácalo y deja enfriar completamente antes de desmoldar.
💡 CONSEJOS FINALES
Paciencia con las claras: si las montas demasiado, costará integrarlas y perderás esponjosidad.
Baño maría clave: sin él, no se consigue esa cocción lenta y pareja que evita que se agriete.
No abras el horno antes de tiempo, o el bizcocho se desinflará.
Si quieres un toque cítrico, añade ralladura de limón a la mezcla de yemas.
Para una versión más ligera, puedes reducir un poco el azúcar (hasta 90 g), pero perderás dulzor y estabilidad.
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