Una Pareja Desapareció Después De Su Luna de Miel En 1994 — 16 Años Después, Su Hotel Fue…

promesa de regresar el lunes siguiente.
Su jefe había confirmado que tenía proyectos importantes pendientes. Las oficinas de edificaciones del Valle estaban ubicadas en una zona industrial de Puerto Vallarta. Joaquín Ruiz resultó ser un hombre de unos 50 años con manos callosas y una expresión seria. La acompañó hasta una mesa donde

había desplegado el contenido de la maleta encontrada. Carmen reconoció inmediatamente el bolso de viaje de rosa.
Era de cuero color café con las iniciales RS grabadas en dorado. Su madre se lo había regalado como regalo de bodas. Dentro estaban los documentos de identidad de ambos, fotografías de la ceremonia, algunos cambios de ropa y un diario personal de rosa. ¿En qué parte exacta del hotel encontraron

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esto?, preguntó Carmen mientras examinaba el diario.
Bajo la esquina noreste del edificio principal, aproximadamente a 2 m de profundidad, estaba en una caja de metal, como si alguien la hubiera enterrado intencionalmente. Carmen abrió el diario en la última entrada con fecha. La letra temblorosa de Rosa decía, 21 de abril, 1994. Eduardo está muy

nervioso. Dice que algo no está bien con el dueño del hotel.
Don Aurelio nos ha estado observando demasiado. Eduardo quiere que nos vayamos mañana temprano, pero yo ya pagué por toda la semana. No entiendo qué puede estar pasando. Aurelio, Carmen recordaba ese nombre de la investigación original. Aurelio Vázquez Romero había sido el propietario del hotel

Marisol desde 1985.
Un hombre respetado en la comunidad empresarial de Puerto Vallarta, conocido por su participación en obras de caridad y su membresía en el Club Rotario Local. ¿Sabe si don Aurelio Vázquez sigue vivo?, preguntó Carmen a Joaquín. Sí, vive en una casa grande en el centro de la ciudad. Debe tener unos

70 años ya. vendió el hotel hace 5 años a una cadena hotelera, por eso lo están demoliendo para construir un resort moderno.

Carmen fotografió cada página del diario y cada documento. Había algo inquietante en la forma como habían sido enterrados estos objetos. No parecía un accidente o una pérdida casual. Alguien había querido ocultar evidencia. Señor Ruiz, sus trabajadores encontraron algo más. huesos, ropa, cualquier

otra cosa. No hasta ahora, pero solo hemos excavado una pequeña sección.
La demolición completa tomará otras tres semanas. Si hay algo más enterrado, lo encontraremos. Carmen necesitaba contactar a las autoridades competentes, pero esta vez no cometería el error de confiar en la investigación local. La desaparición de Rosa y Eduardo había ocurrido hace 16 años, pero el

hallazgo de sus pertenencias enterradas convertía el caso en algo mucho más siniestro.
Antes de salir de las oficinas, Carmen leyó otra entrada del diario. 20 de abril, 1994. Don Aurelio nos invitó a cenar en su restaurante privado. Fue muy atento, pero hay algo en sus ojos que me da miedo. Eduardo dice que estoy imaginando cosas, pero una mujer sabe cuando un hombre la mira de forma

inapropiada. Mañana le diré que queremos cambiar de hotel.
Esa había sido la última cena de Rosa. Carmen sintió un escalofrío al darse cuenta de que finalmente tenía una pista concreta. Después de tantos años de búsqueda infructuosa, Carmen condujo directamente a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco en Puerto Vallarta. Necesitaba que

el caso fuera reabierto oficialmente, pero esta vez con la seriedad que merecía.
El hallazgo de pertenencias enterradas transformaba una desaparición en un posible homicidio. El detective Miguel Contreras Jiménez la recibió en su oficina a las 3 de la tarde. Era un hombre de aproximadamente 40 años con experiencia en casos de personas desaparecidas.

Carmen le explicó la situación y le mostró las fotografías de los objetos encontrados. Señora Sánchez, voy a solicitar inmediatamente todos los archivos del caso original de 1994. También coordinaré con la empresa constructora para que detengan la demolición hasta que podamos hacer una búsqueda

ver continúa en la página siguiente

exhaustiva del terreno. Carmen se sintió aliviada.
Por primera vez en 16 años alguien en autoridad tomaba en serio la desaparición de su hermana. El detective Contreras localizó rápidamente el expediente original. El caso había sido manejado por Bernardo Aguirre Soto, quien se había jubilado en 2005 y había fallecido dos años después. Sus notas

eran superficiales y las entrevistas incompletas.
“Mire esto”, dijo Contreras señalando un documento. El detective Aguirre entrevistó a don Aurelio Vázquez el 25 de abril de 1994, 3 días después del reporte de desaparición. Según esta declaración, don Aurelio afirmó que la pareja había pagado su cuenta el 22 de abril por la mañana y se había ido

sin explicación. Carmen estudió la declaración, pero eso contradice los registros del hotel.
Según el personal de limpieza, las pertenencias de Rosa y Eduardo seguían en la habitación cuando reportaron la desaparición. Exactamente. Y hay otra inconsistencia. Don Aurelio declaró que no había hablado personalmente con la pareja durante su estancia, pero el diario de su hermana menciona

varias interacciones, incluyendo una cena en el restaurante privado del hotel. El detective Contreras continuó revisando el expediente.
El problema es que el detective Aguirre no entrevistó a todo el personal del hotel, solo habló con el gerente de turno y con dos empleadas de limpieza. No hay registro de entrevistas con meseros, recepcionistas nocturnos o personal de seguridad. Carmen recordó los detalles que había investigado por

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su cuenta en los años siguientes.
Detective, yo entrevisté extraoficialmente a varios empleados del hotel entre 1995 y 1996. Una mesera llamada Patricia Herrera Campos me dijo que había visto a Rosa cenando con don Aurelio en el restaurante privado el 20 de abril. También me comentó que don Aurelio solía invitar a huéspedes jóvenes

atractivas a cenar.
¿Tiene usted notas de esas conversaciones? Sí, las conservo todas, pero Patricia dejó de trabajar en el hotel poco después de la desaparición. Se mudó a Ciudad de México y perdí contacto con ella. El detective anotó el nombre de Patricia. También pidió a Carmen que le proporcionara todos los

documentos, fotografías y notas que había recopilado durante su investigación personal.
Señora Sánchez, necesito que entienda algo importante. El hecho de que encontraran las pertenencias enterradas sugiere que estamos ante un caso de homicidio. Esto significa que quien sea responsable todavía podría estar vivo y libre. Debemos proceder con mucha cautela. Esa misma tarde, el detective

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Contreras visitó el sitio de demolición del hotel Marisol.
La estructura original había sido construida en 1983 con una ampliación en 1990. El edificio tenía cuatro pisos y había sido famoso por su restaurante con vista al mar y sus suits de luna de  miel. Joaquín Ruiz le mostró el punto exacto donde habían encontrado la maleta. Estaba enterrada bajo lo que

habría sido la base de la pared exterior del restaurante privado.
Es extraño, porque esa área no tendría que haberse excavado para los cimientos originales. El detective examinó el sitio cuidadosamente. ¿Sus trabajadores han encontrado alguna otra anomalía en el terreno? Áreas que parezcan haber sido excavadas y rellenadas. Hay una zona más cerca del mar donde el

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