
Ingredientes:
- 12 bases de tartaletas ya horneadas
- 300 ml de leche
- 2 yemas de huevo
- 50g de azúcar
- 20g de maicena
- 1/2 vaina de vainilla (o esencia)
- 250g de fresas frescas
- Brillo para tartas (opcional)
Preparación:
Prepara la crema pastelera calentando la leche con la vainilla.
En un bol aparte, bate las yemas con el azúcar y la maicena.
Vierte la leche caliente sobre la mezcla de yemas sin dejar de remover.
Lleva la mezcla al fuego y cocina sin parar de remover hasta que espese. Deja enfriar.
Rellena las tartaletas con la crema pastelera fría.
Corta las fresas en láminas y decora las tartaletas. Puedes darles un toque de brillo si lo deseas.
3. Sorbete de melón y hierbabuena
Un sorbete es la joya de los postres veraniegos. Es la opción más refrescante, ligera y con un sabor intenso a fruta natural. Esta versión de melón con un toque de hierbabuena es simplemente sublime.
La hierbabuena potencia el dulzor del melón y le aporta un frescor que te dejará boquiabierto. Además, es muy fácil de hacer y no 
Ingredientes:
- 1 melón maduro (aproximadamente 1 kg de pulpa)
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 50g de azúcar (o al gusto)
- Un puñado de hojas de hierbabuena fresca
Preparación:
Corta el melón, quítale las semillas y trocéalo. Congela los trozos de melón durante al menos 4 horas.
En un procesador de alimentos, tritura el melón congelado junto con el zumo de limón, el azúcar y las hojas de hierbabuena.
Tritura hasta obtener una textura suave y homogénea.
Sirve el sorbete inmediatamente en copas frías. Si no lo consumes al momento, guárdalo en un recipiente hermético en el congelador.
4. Vasitos de tarta de queso y frutos rojos
La tarta de queso es un clásico que nos encanta, pero en versión vasitos individuales se transforma en un postre veraniego y muy práctico. La base de galleta se combina con una crema de queso muy suave y se corona con una compota de frutos rojos, que le aporta un contraste de sabor y un color espectacular. Son perfectos para una cena con amigos o para una ocasión especial.